miércoles, 29 de octubre de 2014

¿Qué le escribes a una persona que quiere que le escribas?

No puedes negar que lo primero que se te pasa por la cabeza es un  "¿y ahora que le escribo?" Tienes tantas palabras pero a la vez tan pocas ideas, que la mente se te colapsa en un mar de inseguridades. Entonces intentas calmarte, cierras los ojos y piensas en la persona que te ha pedido que escribas, y de la que quieres escribir.
Y recuerdas
Recuerdas el día en el que la conociste e intentas hacer memoria de aquello que pudiste pensar de esa persona.Pero no lo consigues, haciéndote a la idea que la cantidad de situaciones y palabras que has tenido junto a ella en el tiempo que la conoces han proporcionado la idea que tienes sobre esa persona ahora.
Al cerrar los ojos también eras capaz de recordar todas esas risa y alegrías en las que habéis participado.
Y te ríes, sola, allá dónde estés escribiendo.

Pero al acudir a la mente que guarda tus recuerdos, compruebas todo lo que le debes y lo agradecida que estás con esa persona, porque no solo te abraza o está a tu lado cuando mas lo necesitas, sino que te apoya y te anima.


¡Mira por dónde! Sin darte cuenta has logrado escribir algo, solo has tenido que recordar y pensar en la persona.
Sonríes, pensando dónde podrá acabar esta simple carta en un futuro; pero hay un problema: ¿Cómo finalizar algo de lo que te acabas de dar cuenta que sucedió?
Necesitas un buen final, pues no sabes como terminar esta carta escrita en cartulinas con lineas que quizás acabe perdida en alguna carpeta veja de aquellos años de locura.
Y solo se te ocurre decirle una simple frase, muy típica, pero que esperas que sea muy especial:
"Amiga, gracias por todo y aquí me tienes para lo mismo, para todo. Puedes llorar en mi hombro o reírte conmigo, o para lo que quieras, pero nunca olvides lo inolvidable que eres"

La lees tres veces y piensas ¿Por qué no se te ocurrió por su cumpleaños? Y ries, pensando  en la vida y en la inspiración

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